Claves para entender el significado de las frases en la empresa hispánica
No podemos olvidarnos de un aspecto clave de la comunicación: siempre es intencional. Veamos cuál es la verdadera intención que hay detrás de cada una de las frases que son espetadas diariamente en los dominios de Españistán.
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“No me has mandado el informe que
te pedí”. Normalmente esta frase suele salir de
la boca (o más bien buzón) de algunas huestes medievales (Assistant Manager,
Managers y Jefes de equipo). Traducción. No me he leído las mierdas que me mandas
por correo desde hace tres días y no me voy a poner ahora a buscar en la
bandeja de entrada. Si ponemos un ejemplo familiar sería el caso de Paco el
encargao que le pide a Pepita un informe que ésta ya le ha enviado tres veces
por email (y sobre el que todavía no ha recibido respuesta). Pepita también le
ha dejado impreso el informe sobre la mesa pero Paco el encargao ha utilizado
los papeles para recoger el café que se le cayó sobre la mesa el martes.
Paquito, que solo vive para los ojos de Misifú, tiene categorizados los correos
en orden de importancia. Es decir, los de Misifú y los del resto de la empresa
(aquí no hace distinción entre los miembros de su equipo y los de otros
equipos). Si entra correo de Misifú, alé, a correr y el resto ya se pueden ir
jubilando en la bandeja de entrada. En efecto, Paquito, además de muy poco
respeto por sus subordinados, demuestra una sumisión sin precedentes ante la
mirada asombrada de sus compañeros. Él, aún no entiende que eso está mal. Nadie
se lo ha explicado y además ha nacido con una sinapsis cerebral muy limitada lo
que le impide entender el alcance de sus actos.
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“El viernes por la tarde ¿vienes
a trabajar?¿no?”. Aunque en nuestro idioma ésta
sea una frase interrogativa actúa como un imperativo en toda regla. Esto es lo
que le suele decir Misifú a Paquito todos los jueves por la tarde. Así éste
tiene la oportunidad de cancelar todos los actos sociales (en el caso de que
los tuviese) un día antes. Paco el encargao, que además de pocas luces tiene
mucho miedo, tiene otro problema añadido: no ha aprendido a decir “no”. Sus
padres tampoco se lo enseñaron en la infancia. La culpa es de ellos, piensa
Paquito.
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“¿Algún voluntario para hacer
esto?”. Se trata de otra falsa interrogativa.
Normalmente suele salir de boca de Misifú, que además de muchos pájaros no
tiene ni zorra idea de lo que hace cada uno. Quizás por eso lo pregunte. No
vaya a ser que se lo encargue a la persona equivocada. Aunque a ella, eso le
importa un bledo. Esta frase es el equivalente al Kalashnikov AK 47. Dura e
implacable. El terror de todo padefo. Cuando escupe el primer tiro todo el
mundo mira hacia otro lado no vaya a ser que se lleve a alguien por delante.
Pasados 10 minutos sin respuesta (hecho que se anota en el acta, faltaría más),
Zutano, que pilla siempre, se come el marrón que para su desgracia, ha de
presentar en cinco horas. El resto suspira de alivio.
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“Hasta que no me presentes un
Excel con toda la planificación intermedia no te firmo las vacaciones de Semana
Santa”. Eso significa en nuestro idioma, no te
vas ni te irás hasta que te jubiles. La planificación intermedia en una
organización de perfil psicopático es como el Santo Grial de Jesús. Todo el
mundo se lo imagina pero nadie aún lo ha encontrado. Al padefo, cuando le cae
un ejercicio de planificación intermedia, se le caen las bragas al suelo. Da
igual que sea padefo o padefa. Normalmente tira del histórico y utiliza la
misma versión que le presentó a Paquito hace un mes pero cambia un poco las
fechas y los colores. Paquito, como hace habitualmente, se velve a limpiar el
culo con la planificación intermedia y no le firma las vacaciones al padefo.
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“Estamos muy contentos contigo”. Ésta es la frase que el padefo desea oir cuando entra en una
organización pero que quiere evitar cuando ha pasado más de 6 meses en ella. En
realidad quiere decir que el currito pasa de junior a senior y se va a comer además
de sus marrones los de su jefe por el mismo sueldo. También la suele soltar
Paquito cuando Misifú le ha dado una palmadita en la espalda. Entonces como un
perrillo eufórico va con las mieles del éxito a su equipo, que en ese momento
aprovecha para tomarse un café antes de que Paquito les suelte una chapa.
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“No mezcles churras con Meninas”. Ésta frase es 100% Paquito. A pesar de ser más de pueblo que las
amapolas no sabe lo que es una oveja ni la relación que tiene con el “arte”, al
menos ese es su razonamiento. Los padefos cuando la suelta se tronchan, a pesar
de haberla escuchado cien veces.
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“¿Ya os vais a comer?”. Esta frase normalmente la dice Paco el encargao cuando ve a sus
subordinados salir escopetados a comer. Es otra falsa interrogativa pero
tampoco es un imperativo en toda regla puesto que Paquito sabe que si presiona
mucho come solo. Suele ir acompañada de cara de pena o de la frase “no importa,
si no ya como solo”. Tiene otras variantes. En el caso de que el equipo haya
desaparecido ya, Paquito suele hacer una llamada a través de la blackberry al
padefo con más sentimientos. Si tiene la suerte de que éste le coge el teléfono
(porque normalmente se deja la blackberry metida en el cajón) entonces le
pregunta si ya están comiendo. Otra falsa interrogativa que significa dime
dónde estáis que me acoplo.
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“¿Alguien sabe cómo insertar una
nota a pie de página en el Power Point?”. Se trata
de la típica frase de directivo oxidado y jeta. Otra falsa interrogativa que
cae al aire a la espera de que un padefo despistado e ingenuo conteste. En ese
instante, por la gracia de Dios, además del marrón con el que estaba le tocará
terminar, corregir, ajustar e imprimir la presentación final de su jefe.
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“¿Sabéis dónde está el último
libro de Matemáticas que hemos publicado?”.
Significa que un padefo en menos de lo que tarda en pronunciarse ya estará
buscando como loco el libro en alguna estantería. Cuando Paquito era comercial
en Sevilla le buscaba a su jefe los libros todos los días.
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“Esto se tiene que poder hacer de
alguna manera”. Es la frase que suele soltar
Paquito cuando un padefo no le dice lo que quiere escuchar. Normalmente,
responde a alguna idea peregrina de Misifú que Paquito no se ha atrevido a
“matizar” cuando estaba sentado en su despacho. Normalmente se resuelve de la
siguiente manera. Al padefo de turno le cae una hostia por no hacer algo
incongruente e irresoluble y Paquito va llorando cagado al despacho de Misifú
para quejarse de la incompetencia del padefo. Dependiendo del grado de sofisticación de la cuestión,
Paquito responde o no por correo con copia oculta a Misifú, indicándole al
padefo de turno que no acepta un no por respuesta.
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“Esto no te lo compro”. Frase más propia del contexto de la venta de alfombras en el
bazar de Estambul que de una empresa de Españistán. Sin embargo, la primera vez
que la pronunció Misifú en público le hizo sentirse con autoridad y además de
chisposa (a unos cuantos medios intermedios les pareció original y oportuna).
Desde entonces no para de repetirla en todos los foros aún sabiendo que ya no
provoca el mismo impacto. Paquito, que le ríe todas las gracias y tiene la
lengua más áspera que un gato después de lamer un zapato, la pronuncia con la
misma frecuencia que su inventora. En algún momento, ha llegado a pensar
incluso que es de su propia cosecha.
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“Un brindis al sol”. Ésta es otra de las frases típicas de Misifú que ha sido adoptada
por Paquito. De hecho piensa que el día que le parió su madre fue lo primero
que pronunció. Suele decírsela a Paquito, en tono despectivo, cuando éste le
presenta un nuevo proyecto. Normalmente como nada tiene sentido y no tiene ni
idea de por qué lo ha pedido (ni en qué contexto lo hizo) suele zanjar el tema
con esta frase. Paquito vuelve a su sitio sin entender por qué es un brindis al
sol pero le transmite al padefo que se comió el marrón lo mismo que su jefa le
dijo. Es decir, no tiene ni puta idea de que decirle ni el por qué de su
insatisfacción. Esta frase suele ir acompañada de otra no menos perversa: “Dale
una vuelta, por favor”. El padefo, que ya no le sorprende nada, sabe que su
jefe no tiene ni pajorera idea de lo que hay que hacer y además no quiere quedar
como un incompetente delante de Misifú. Tiene dos opciones: tira de archivo y
saca la “boñiga” universal (previo ajuste, por supuesto) o bien se inventa lo
que hay que hacer y prueba suerte. En cualquiera de las dos circunstancias sabe
que la hostia se la lleva.
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“A mí no me tiembla la mano”. Misifú 100%. O al menos eso cree ella porque en realidad es de
Paquito, el antiguo dictador de Españistán. Como algunos aún recuerdan solía
pronunciarla antes de firmar las sentencias de muerte. Misifú, que es más facha
que Paquito el dictador, no tiene ningún inconveniente en soltarla en cualquier
foro, especialmente en aquellos en los que hay más de diez personas. Cuando
sale por su boca suele incorporarse para así dotar de más solemnidad y drama al
momento. Los padefos, al escuchar esta perla, saben que uno de sus jefes pilla
fijo pero ellos no.
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“¿Eso viene recogido en el
acta?”. Esto significa que Misifú tomó una
decisión equivocada y nadie le va a sacar el acta para indicarle lo contrario.
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“No me gusta”. Esta frase la suele soltar algún director mediocre cuando el
responsable de Marketing presenta un proyecto. Suelen escupirla sin
reflexionar, como la mayoría de las cosas que hacen. El de Marketing, el primer
día, cuando llegó a la empresa además del concepto de posicionamiento, imagen
de marca y brand awarenes insistió mucho en
hacer entender a sus jefes la importancia de ponerse en el lugar del cliente
para decidir la idoneidad o no de un proyecto. En ese momento, sus jefes
asintieron como si de verdad entendiesen lo que estaba diciendo y desde
entonces se pasan una y otra vez lo dicho por el arco del triunfo. El
responsable de Marketing en este tipo de empresas no suele durar más de un año
(medio sin pastillas). Suele ser uno de los puestos con mayor rotación en las
empresas de Españistán.
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“Niego la mayor”. Versión prepotente y enrevesada de la palabra “no”. Suele salir
del buzón de Misifú. Ella niega la mayor porque le sale del chichi y punto.
Normalmente, cuando lleva un rato callada, suelta esta perlita para provocar un
poco de dinamismo y tensión en la reunión.
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“¿Eso quién lo ha dicho?”. Significa que el jefe lo ha dicho pero jamás va a admitirlo. Suele
ir acompañada de la frase “¿eso viene recogido en el acta?”. El padefo ,cuando
la escucha, sabe que el marrón –sea de la naturaleza que sea- se lo come con
patatas.
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“Tanta paz lleves como descanso
dejas”. Es la frase que todos piensan pero nadie
se atreve a pronunciar cuando su jefe se marcha de vacaciones.
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“Ipso flauto”. Esta frase es de Manolito, el
anterior Director de Marketing, que ahora está en la competencia. Retaco,
envidioso y más burro que un arado. Cada vez que “pedía” (por decir algo) un
informe, terminaba la frase con: “lo quiero ipso flauto”. Sus padefos, con un poco de recochineo, solían preguntarle que
para cuándo lo necesitaba exactamente a lo que él contestaba: “¡¡¡ipso
flauto!!!
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“¿Alguien tiene algo más que
aportar?”. Significa que después de tres horas de
reunión no se ha tomado ninguna decisión y el que levanta acta solo ha puesto
la fecha junto a un garabato en su cuaderno.
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“Buenos días”. En realidad quiere decir que os jodan a todos.
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“¿Cuáles son eran action points?”
Significa que como los padefos no saquen
inmediatamente las tareas que les fueron asignadas en la última reunión pillan. Si nadie pone nada encima de la
mesa entonces Misifú amenaza con el acta que nunca lee.
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“Llego tarde”. Suele salir de la boca de Paquito, que nadie sabe por qué, después
de 10 años en la empresa, no es capaz de llegar a su hora. Normalmente, se la
suelta al padefo más pringao para que se la comunique al resto del equipo y se
disculpe en su nombre en la reunión que acaba de empezar (y en la que la gente
lleva ya 20 minutos esperando). Traducido a nuestro idioma significa que se he
pasado toda la noche jugando al poker online y esta mañana no le levantaban ni
con grúa. También significa que Paquito el encargao siente una absoluta
indiferencia por el tiempo de sus compañeros y subordinados y además se la
refanfinfla. Esta frase nunca sale de su boca si la reunión es con Misifú ya
que tiene el culo pegado al asiento diez minutos antes de que comience.
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“¿Estamos de acuerdo con el
acta?”. Significa que Misifú no se ha leído el
acta (nunca lo hace) y está esperando que algún padefo delux haga las
puntualizaciones necesarias antes de aprobarla.
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“¿Dónde está el tóner?”. Esta frase es de Paquito 100%. Después de llevar más de 10 años
en la empresa ni sabe donde está el toner ni tiene intención de aprenderlo.
Significa que algún padefo tiene que menear el culo del asiento y cambiarlo
echando hostias.
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“La impresora no funciona”. Otra frase típica de Paquito que además de estar peleado con su
cuerpo también lo está con las nuevas tecnologías (aunque la impresora sea de
la época de Matusalén). Significa que por enésima vez no ha ajustado los
márgenes del documento al papel de la bandeja de salida. Uno de los padefos del
equipo (se suelen turnar para esta tarea), le pide que cancele la impresión y
que le pase el documento por correo para imprimirlo desde su sitio. Paquito
dice que ha cancelado la impresión porque le da vergüenza admitir que no sabe
cómo hacerlo. El padefo, conocedor de esta circunstancia, suele ir al ordenador
de Paquito, cancelar la impresión y sacar desde allí el documento. Es uno de
los pocos momentos del día en los que, en mitad de la humillación, el padefo
disfruta.
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“¿Alguien sabe cómo se manda un
fax?”. Significa que Paquito el encargao ni sabe
ni le apetece mandar un fax así que lanza la pregunta al aire y espera a que
algún padefo se ofrezca “voluntario”.
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“¿Dónde está el escáner?”. Es otra de las frases típicas de Paquito al que le resulta más
fácil pedir que hacer las cosas.
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“Tengo calor”. Significa que si eres un padefo te jodes y sigues sudando si tu
jefe no siente lo mismo que tú y si eres un primer espada, algún padefo se
levantará a encenderte el aire acondicionado.
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“Necesito una secretaria
urgentemente”. Frase de Paquito 100%. Los padefos
de su equipo secundan con fuerza su petición ya que ahora ejercen de padefos,
secretarias, chachas y putas al mismo tiempo y por el mismo sueldo.
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“¿Has hecho el informe que pidió
Misifú?”. En realidad quiere decir que Paquito no
ha hecho el informe que solicitó Misifú y en veinte minutos un padefo tiene que
ventilárselo para que su jefe no pille de hostias y por ende, él también.
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“No me va a dar tiempo”. Frase del acervo de Paquito que suele perder el tiempo en
quejarse en vez de trabajar. Significa que el primer padefo que se levante a
tomar un café se lleva, por el
mismo precio, el marrón bajo el brazo.
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“No tengo instalada esa versión
del programa”. En realidad quiere decir que
Misifú –que no tiene ni puta idea de ordenadores y además tiene más cara que
espalda- le va a cascar un marrón a Paquito.
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“Esto es urgente”. Significa que ya tenía que estar entregado hace una semana y que
a Paquito se le olvidó encomendarle la tarea al padefo el día que se la
cascaron a él. Ahora el padefo se la tiene que comer igualmente y además
apretar el culo para no pillar.
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“No sale el documento por la
impresora”. Significa que Paquito la ha vuelto a
liar. Se puso a imprimir una presentación que le mandó su prima Conchi y cuando
se acabó el papel se olvidó de reponerlo, como hace habitualmente. Además,
Paquito se ha metido en una reunión y no tiene visos de salir en las próximas 6
horas así que ha dejado inutilizada la impresora del departamento.
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“¿Qué miembros integran el
Comité?”. Otra pregunta retórica. ¿Quiénes son
los gilipollas se van a pasar seis horas todos los lunes perdiendo el tiempo y
haciendo el imbécil?
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“¿Quién me firma las vacaciones?” Quiere decir, por increíble que parezca, que el personal no tiene
ni zorra idea de a quién tiene que reportar. Esto se debe a que, bajo el signo
de la flexibilidad y la nueva economía, los gerentes se permiten el lujo de cambiar
cada tres meses el organigrama de la empresa. De esta manera el caos impera, la
gente se apuñala y su mediocridad no es tan visible. Cada vez que el empresauro
hispánico tiene la feliz idea de pintar un nuevo organigrama algún padefo se va
a la puta calle, se contrata a un director mediocre y la mitad de la plantilla
duplica su dosis de ansiolíticos.
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“¿Bajas a fumar?” Esta frase se produce en el momento en el que algún padefo va con
el paquete de tabaco en la mano y su jefe se le quiere acoplar para confraternizar.
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“¿Entonces esto significa esto?”. Esta es frase de padefo junior 100%. Como ya está hasta las
pelotas de repetir el trabajo cien veces porque su jefe no se entera ni del
nodo cree que preguntándole se va a mojar. La pregunta suele rebotarle cuando
su jefe le dice: “¿tú qué crees?”. Con las mismas, el padefo vuelve a su sitio
y tira de archivo. Esta pregunta en absoluto retórica jamás es lanzada por un
padefo senior o un padefo pelota.
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“Agéndame un despacho para el
martes a la hora de comer”. Significa que algún
desgraciado le va a tocar comer con Misifú porque no está dispuesta a comer
sola.
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“¿Sabes inglés?”. Típica frase de Paquito cuando tiene que mandar un documento a
Inglaterra.
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“¿Le echas un vistazo al correo
que le voy a mandar a Misifú?”. Esta frase
también es típica de Paquito, cuaya inseguridad es tan grande como su
mediocridad. Como le tiene más miedo a Misifú que a un nublado prefiere pedir
una segunda opinión antes de mandarle un email a su jefa. Suele tardar unas dos
o tres horas en escribir un correo de diez líneas. Por eso, por dar por culo a
los padefos, dejarse humillar en público y lamerle el orto a su jefa se levanta
todos los años 80.000€ brutos.
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“No puedo asistir a la reunión”. Significa que al jefe le parece un coñazo la reunión y prefiere
mandar a un padefo para que luego le haga un resumen.
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“Te llamé ayer a las ocho de la
tarde y tu blackberry estaba apagada”. Frase de
Paquito que sigue sin entender -después de 10 años en la empresa- que la gente
tiene vida, derechos y horarios. Su mentora, Misifú, jamás le ha dado el placer
de experimentarlos ya que todos los días le llama por sistema a las nueve de la
noche.
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“¿Has visto como me miraba
Misifú?”. Frase de Paquito cuando entra en
paranoia. Normalmente cree, al igual que su mentora, que la humanidad se
acuesta y se levanta pensando en él.
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“¿Por qué me miras así?”. Otra de las frases de Paquito que se siente intimidado cuando
suelta una sandez a algún subordinado y le mira con cara de póquer.
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“No te tolero ese comportamiento”. Frase mítica de
Misifú cuando le llevan la contraria. Esto incluye cualquier petición de un
derecho por parte de un empleado que en su mundo de fantasía y perversión
adquiere la categoría de lacayo. Si los siervos no tienen derechos ¿entonces por
qué los reclaman?, piensa.
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“Sin vosotros no habría podido
conseguirlo”. Significa que a Paquito le han
ascendido y reúne a todos sus padefos para restregárselo en los morros.
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“Más tiempo vas a tener en el
paro”. Cosecha de Misifú 100%. Suele soltársela a
Paquito cuando le pide más plazo para entregar un proyecto.
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“No me hagas comulgar con ruedas
de molino”. Frase de Paquito cuando no sabe que
decir y un padefo le toca los cojones.
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“No sé si llevarme las vacaciones
pendientes al Bank Holliday”. Es una frase retórica de Paquito que pronuncia en alto y delante
de su equipo –de manera vergonzosa- para darles a entender que otro año más
Misifú le ha hecho la trece catorce con las vacaciones. En el lenguaje
cristiano significa “soy gilipollas, lo sé (aunque me cueste creerlo) y no
tengo inconveniente en decirlo”. No se sabe bien si hace pública esta
circunstancia para dar pena o para autofustigarse en un ejercicio de
sadomasoquismo programado.
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“¿Te acuerdas cuándo había que
entregar a Producción esta pieza?”. Típica frase
de Paquito antes de entrar a un despacho con Misifú. Media hora antes de
iniciar la reunión se da cuenta de que no tiene preparado la mitad de los temas
y la otra mitad está fuera de plazo. En ese momento vuelve del revés al equipo
al que obliga a entrar en su estado de ansiedad demente. Los padefos, que saben
mejor que él lo que tiene que ir a despachar, le dejaron hace un mes sobre la
mesa todos los proyectos sobre los que tiene que hablar en media hora. Paquito,
que sabe que va a recibir hostias aunque lo lleve todo niquelado (que no es el
caso), se empieza a poner del color de la cera a medida que avanzan los minutos
en el reloj. Los padefos, que se han vuelto un poco sádicos –como no podía ser
de otra manera- disfrutan mientras observan la escena.
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“¿Tú que piensas de todo esto?”. En el lenguaje del empresauro hispánico significa no tengo ni
puta idea así que te comes tú el marrón. Al final es el último padefo de la
cadena el que tiene que intuir por dónde van los tiros y hacer la tarea. Se
trata de un ejercicio que está a caballo entre la adivinación y el copy-paste.
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“No sé que hacer contigo”. Significa que te vas a la puta calle como no espabiles o te
pongas rodilleras. Adquiere diferentes significados en función de los
contextos.
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“¿Cómo he estado en la
presentación?”. Puede significar dos cosas. Por
un lado, que el jefe que ha presentado piense que se ha salido y en su mundo de
masturbación mental quiere que algún padefo le siga inflando el ego. O bien, la
presentación ha sido tan lamentable que necesita que algún subordinado le
mienta descaradamente para no perder el último gramo de dignidad que le queda
en el cuerpo.
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“¿Cuál es el orden del día?”. Ésta es una de las frases más sencillas de descifrar una vez que
uno ha pasado por tres o cuatro reuniones. Significa clara y llanamente: “¿qué
coño hay que hacer?” y “¿por dónde empezamos?”.
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“¿Cuánto tiempo nos queda?”. Significa que nos hemos pasado dos horas hablando del sexo de
los ángeles y ahora hay que correr porque han reservado la sala a las cuatro.
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“¿Nadie anotó esto?”. Significa que al que levanta el acta se le va a caer el pelo.
Habitualmente eso que había haber anotado nunca se dijo pero a Misifú se lo ha
pedido su jefe así que a alguien habrá que echarle la mierda.
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“Que conste en acta”. Quiere decir que a Misifú le han llevado la contraria
–normalmente con un tema relacionado con las vacaciones o los derechos de los
trabajadores- y se ha puesto nerviosa. El que levanta acta deja pasar un tupido
velo y actúa como si no hubiera pasado nada. En ese momento repasa con el boli
la fecha del día de la reunión y asiente con la cabeza.
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“¿Cómo ha sucedido esto?”. Significa que la bola de nieve que todo el mundo veía venir ha
explotado definitivamente y no se ha librado ni dios.
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“¿Cómo voy a tomar una decisión
con estos datos?”. Significa que Misifú quiere
seguir zafándose pero ya no puede porque no tomar una decisión sería más grave
que decidir de forma equivocada. Al final se moja. Ya se las ingeniará para
echarle la mierda a un padefo cuando la bola de nieve estalle.
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“¿Alguien ha visto caer algo por
la ventana?”. Quiere decir que a Misifú le suda
ampliamente el tema que se está tratando y necesita que algún padefo le siga la
bola. Normalmente siempre hay algún pelota que le sigue el rollo y ve caer
cosas –incluso elefantes rosas-
por la ventana.
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“¿Y ahora qué hacemos?”. Significa que otra vez, resultado de tantas decisiones nefastas,
hemos entrado en el bucle. En el lenguaje de las empresas se traduce en que
algún desgraciado pilla y otro se come el marrón si no quiere pillar.
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“No me esperaba esto de ti”. Significa que algún padefo ha dicho a su jefe lo que pensaba
para evitar cortarle el cuello con la motosierra. Estos momentos de sinceridad
padefa no son muy habituales en las empresas de Españistán en las que todo el
mundo oculta lo piensa, hace lo que no dice y dice lo que no piensa (si es que
piensa).
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“¿Tú qué has entendido aquí?”. Quiere decir que ni dios se ha enterado de nada porque en
realidad el que lo soltó no sabía
ni lo que quería decir. Si lo ha dicho Misifú entonces hay que darse por
jodidos y si lo ha dicho otro, entonces se ignora y se pasa al siguiente tema.
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“Esto no es cierto”. Si lo dice Misifú significa que en realidad no se ha dicho y si
sale de la boca de Paquito quiere decir que ha metido la pata y “negará la
mayor” delante de quien sea, especialmente delante de Misifú.
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“Hablo porque tengo boca”. Esta frase, casualmente, siempre sale de la misma boca: la de
Paquito. Una forma –más o menos elegante- de decir que no tiene ni zorra idea y
además le importa un huevo. Los padefos, cuando la pronuncia, fijan su atención
en esa boca que tantos estragos causa a la sociedad y a los derechos humanos. A
ellos tampoco les queda otro remedio que tragar porque, para su desgracia,
pueden escuchar porque tienen oídos.
- “Llega Misifú”. En otras palabras, “los que
van a morir te saludan”.
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